{{product.description}}
{{product.quantity}} Total en la lista de materialesLos negocios requieren datos y los datos requieren ancho de banda. Aquí es donde la tecnología de la fibra entra en juego, porque solo la fibra puede seguir el ritmo a las necesidades de los datos corporativos modernos. Esta es la historia de cómo cuatro doctores y miles de horas de investigación durante un período de cinco años dieron como resultado una docena de patentes y el cable de fibra óptica multimodo de máximo rendimiento en el mundo.
Para entender la importancia de este suceso, es necesario empezar por el aspecto más esencial de la fibra, el cual es que existen dos tipos: de modo único y multimodo. En la fibra de modo único, la luz se propaga en una dirección. Se usa principalmente para instalaciones de larga distancia porque se produce una degeneración mínima de la señal en distancias largas, pero los transceptores son costosos.
En la fibra multimodo, la luz se divide y se propaga en muchas direcciones y cada una se conoce como un modo. Como la señal se conduce por diversas direcciones, las distintas partes de la señal óptica llegan en distinto momento, lo que provoca el ensanchamiento (dispersión) de los bits de datos y, en consecuencia, la interferencia entre los bits adyacentes. Una solución es dejar más espacio entre cada bit de datos; esto da resultado, pero reduce la velocidad de la transmisión. La dispersión también limita la distancia de transmisión máxima (alcance). Debido a estas limitaciones, la fibra multimodo se usa tradicionalmente en vías que tienen, como máximo, 300 metros.
A fin de garantizar el rendimiento de los productos, como sucede con todo lo que creamos en Panduit, los ingenieros se prepararon para probar la transmisión de 10 Gbps en esta nueva fibra OM3 y ver cómo se desempeñaba. Después de obtener un “sistema BERT (Bit Error Rate Test)” a medida con un transmisor y receptor que cumplían mínimamente con lo especificado en la norma 802.3ae, comenzaron las pruebas.
En diciembre de 2003, los ingenieros de Panduit empezaron a adquirir y a probar las fibras OM3, y a medir el rendimiento en el alcance de canal máximo en 300 m según los estándares especificados con el sistema de prueba que cumplía mínimamente con las normas. Curiosamente, cuando se empezaron a transmitir los datos, se observaron anomalías que no se podían explicar.
Hoy sabemos que esta fue la primera vez que todos los componentes del canal se probaron como sistema, y eso fue parte del problema. Pero nadie se dio cuenta de esto en ese momento. Si se hubieran percatado del problema, habríamos ahorrado tiempo, porque la búsqueda de la causa de estas anomalías se convirtió en el foco de nuestra investigación... durante los cinco años posteriores.
Cinco años después de una amplia investigación y experimentación, finalmente, nos permitieron lograr una gran revelación. Combinando los datos nuevamente, nos dimos cuenta de que el impacto en el rendimiento del canal tenía que estar relacionado con una variación en el espectro óptico dentro de los modos de la fibra (lo que supone las propiedades láser del transmisor).
Fue entonces cuando supimos que habíamos hecho un gran descubrimiento: el rendimiento del canal óptico no se puede determinar solamente por el ancho de banda, sino que debe incluir la interacción con las características espectrales de los transceptores. Hasta ese momento, este efecto se desconocía, aunque era sumamente importante. Lo llamamos “dispersión cromática modal” y lo aprovechamos para ofrecer una fibra óptica mucho mejor: la fibra multimodo Signature Core™, que compensa la dispersión.